Sala 42. Sábado 5 de diciembre de 2015 a las 19:30 horas.

Sostiene Pereira de Antonio Tabucchi reúne las declaraciones del Sr. Pereira en relación con los hechos ocurridos en el cálido verano de 1938 en la ciudad de Lisboa.

Pereira es el encargado de la página de cultura del Lisboa, un mediocre periódico vespertino, independiente y de tendencia católica. Viudo desde hace pocos años, el veterano periodista, obsesionado con la muerte y la resurrección de la carne, vive dedicado a la literatua y al recuerdo de su esposa, con cuyo retrato sigue hablando a diario.

Meticuloso con la calidad literaria de su trabajo, considera que los obituarios de los grandes escritores no pueden improvisarse por lo que decide contratar a un colaborador que se ocupe de las efemérides. De esta manera conocerá a Monteiro Rossi, un joven idealista, recién licenciado en filosofía, que en lugar de escribir los asépticos retratos que Pereira le solicita atenderá antes a las razones del corazón preparando incómodos y apasionados artículos cargados de ideología, con el ruido de fondo de la guerra en España.

Esta nueva relación llevará a Pereira a una crisis personal y a una toma de conciencia del mundo que le rodea que transformará su vida.

¿Por qué leer Sostiene Pereira?

Te interesará si sabes apreciar la buena literatura y te apetece reflexionar:

• sobre que acontecimientos pueden provocar la transformación ética y la conciencia política de un oscuro periodista que podría ser cualquiera de nosotros.
• sobre la condición del héroe, del héroe cotidiano, del héroe ocasional, del obligado por las circunstancias, del que se compromete…
• sobre los sueños apenas recordados, sobre la confederación de almas que nos gobiernan, sobre lo que nos impulsa a actuar.
• sobre si la cultura debe evitar tomar partido o es inevitable el compromiso ético con el tiempo y la circunstancia que nos toca vivir.

Música para un libro

Aunque la novela fue adaptada al cine en una magistral interpretación de Marcello Mastroianni preferimos recomendarte una tranquila lectura con esta música sonando al fondo: O Som do Fado. Comienza así:

«Sostiene Pereira que le conoció un día de verano. Una magnífica jornada veraniega, soleada y aireada, y Lisboa resplandecía. Parece que Pereira se hallaba en la redacción, sin saber qué hacer, el director estaba de vacaciones, él se encontraba en el aprieto de organizar la página cultural, porque el Lisboa contaba ya con una página cultural, y se la habían encomendado a él. Y él, Pereira, reflexionaba sobre la muerte. En aquel hermoso día de verano, con aquella brisa atlántica que acariciaba las copas de los árboles y un sol resplandeciente, y con una ciudad que refulgía, que literalmente refulgía bajo su ventana, y un azul, un azul nunca visto, sostiene Pereira, de una nitidez que casi hería los ojos, él se puso a pensar en la muerte. ¿Por qué? Eso, a Pereira, le resulta imposible decirlo.»