
Artículo extraído de la intervención de Liliana París en la revista oral A Serpe de Ouro.
S.XV. 1.474. Reino de Castilla.
Tras la sórdida muerte del rey Enrique IV, Isabel de Castilla y don Fernando de Aragón toman posesión del trono.
La administración del Maestrazgo de la orden de Santiago es cedida de manos del Papa, a los Reyes Católicos.
Al tiempo, la siempre partidaria de los sucesores, familia Manrique, pertenece a la sirviente nobleza de Castilla y proviene de la antigua y apoderada familia «de Lara».
El cuarto hijo de don Rodrigo de Manrique y de su primera mujer, Mencía de Figueroa; Jorge Manrique (1479-1518), detenta los grados de señor de Belmontejo, comendador de Montizón, trece de Santiago y capitán de armas de Castilla.
Como lema vital y estandarte: la virtud activa y la fortaleza estoica en las adversidades y en la muerte.
Siendo igualmente ilustre como hombre de letras que como guerrero, destacamos a un exponente pre renacentista que prosiguió a los suyos: << conquistando la gloria con la espada y la inmortalidad con la pluma >>. (Augusto Cortina. Cancionero. Espasa-Calpe. Clásicos Castellanos. 1941.)
De ascendencia trovadoresca, su obra se enmarca entre el castellano antiguo y medio. Diversificada en cancioneros, esparzas, motes, poesía burlesca y doctrinal (Coplas célebres y Coplas póstumas, cumbre de éstas últimas). Situada bajo la poderosa influencia de Galicia e Italia. La escuela galaica tan fortalecida por el influjo provenzal.
No perteneciente al mester de clerecía, sorprende por su producción poética, el cultivo de la alegoría dantesca, y un brillante manejo de la métrica y formas estróficas, como la redondillas, sextillas (simples y dobles ), etc. Y entre las técnicas artificiosas: los símiles, acrósticos, la personificación…
Sobre el contenido, destaca en sus obras el reflejo de las cotas morales, nutriendo profundamente el afán por encumbrar los valores absolutos de la forma más lúcida y más lucida.
Los ideales como techo universal.
Jorge Manrique nos permite deleitarnos con belleza y sabiduría, a pesar de su corta vida, de dichos fondos recurrentes y elementos principales en sus composiciones. Una mente educada para la guerra y la estrategia, que se aleja, a menudo, y a través de los sueños, dando servicio a la lealtad, el honor, el amor y el vencer trascendente de la muerte.
<< Jorge Manrique es una ráfaga que lleva nuestro espíritu allá, hacia una lontananza ideal >> Azorín.
( «Jorge Manrique». Al margen de los clásicos. Editorial Losada. 1958. ).
Algunos representativos:
¡O, muy alto Dios de amo, por quien mi vida se guia! ¿Cómo sufres tú, señor, siendo justo juzgador, en tu ley tal eregía? ¿Que se pierda el que serbió, que s’olvide lo servido, que viva quien engañó, que muera quien bien amó, que valga el amor fengido? |
Gran temor tiene mi vida de mirar vuestra presencia, pues amor en vuestra ausencia me hirió de tal herida; aunque peligrosa sea, delibro de conosceros, y si muero porque os vea, la victoria será veros. |
Recuerde el alma dormida, abiue el seso e despierte contemplando cómo se passa la vida, cómo se viene la muerte tan callando, quán presto se va el plazer, cómo, después de acordado, da dolor; cómo, a nuestro parescer, qualquiere tiempo passado fué mejor. |
“SIN DIOS SIN VOS Y MI” Yo soy quien libre me vi, (II) Sin Dios, porqu’en vos adoro; |